Sólo, cuantas lunas habían pasado de ver un cielo tan claro. Eran los sonidos de los animales en la noche, como podía ver un cielo tejido por estrellas, se me había olvidado que esto significaba estar en la tierra, pero en mi mundo ya no podría disfrutar nada, lo había perdido todo… al menos lo que me había sentir tan humano, sí, yo sentirme humano.

Cualquier humano podía aterrarse de mi verdadera imagen, pero era así como era castigado, mis pecados por fin se reflejaban en mi aspecto físico, si fingía ser como ellos cada vez sentía un peso encima de mí, ahora, sin nadie podía respirar con facilidad. Yo representaba todo el pecado de la ciudad, Mechatronic City, lo que una vez fue mi sueño ahora representaba todos los tormentos de los que trate de escapar.

Volaba cerca de una laguna, acercándome cada vez a la ciudad, me preguntaba si era hora de hacer un retorno y por fin dominar a los humanos, castigarlos por sus pecados. Mis terribles alas se extendían, podía sentir como el frio rodeaba mi aura, unos kilómetros más y llegaría a mi destino. No estaba seguro que tanto había cambiado la ciudad, era cierto que pasaron años, pero los periódicos podían mentir, mostrarme una increíble ciudad cuando la verdad es que el mundo se esta viendo sumergido en la destrucción. Es cierto que ahora encuentro diversión en las pesadillas de los hombres y sus deseos más mundanos, pero a veces es bueno ver uno de los actos de bondad.

Mis pies tocaron el suelo y sabía que era tiempo de caminar, aunque las alas se retrajeron aun podían verse. Podía notarse como poco a poco la contaminación se hacía presente en el bosque, oh pequeñas basuras, ya no sabían donde esconder sus desperdicios. Entre más alto se veían más bajos eran sus costumbres.

A lo lejos, pude escuchar un sonido, tal vez un animal, no estaba seguro, porque sería extraño que uno estuviera cerca de mí, porque no podían reconocer si era de ellos por mis instintos bestiales o eran un humano que se quería divertir con su vida, sinceramente a mí me daba igual lo que pensaran, no perdería mi tiempo. Continue pero aun podía percibirlo, pero era confuso, no era un humano, no lo sentía, ni un pecado ni un alma blanca que brillara a mis ojos, no era nada pero podía escucharse. –Si acaso eres un demonio, no juguemos a las escondidas, te divertirás más si te acercas –Voltee de donde provenían. –Te juro que no te arrepentirás –Mis palabras eran perfectas, con un toque de corrupción, si fuera un ángel que escondía su espíritu podría simplemente aparecer para insultar mis sagacidades, si es que no me aburría primero, pero si fuera un demonio no me molestaría jugar antes de regresar a la ciudad.