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Hogar, dulce Hogar (Privado con Aniel)
Página 1 de 1. • Comparte
En cuanto salieron, Victor se dirigió directamente a su vehículo y comenzó camino hasta su casa, sólo aguardando porque el contrario subiese al asiento del pasajero. El viaje hasta la casa de Victor había sido relativamente rápido; no tuvo la necesidad de detenerse más que una vez, y sólo por un par de segundos.
En cuanto llegaron, estacionó su vehículo bajó de él con la habilidad que da la costumbre, aguardando por Aniel. – ¿Y? ¿Qué tal se siente salir de ahora? Por lo que me has dicho, no lo has hecho antes, no mucho al menos. Aunque a mi parecer, no es la gran cosa. – Mencionó invitándole a pasar a la construcción.
Era una casa amplia, de dos pisos; estaba claramente adaptada a él en muchos sentidos, pero no de una forma notoria, no si no le veías y lo pensabas primero, porque a su vez, él mismo era suficientemente terco como para adaptarse al lugar tanto como el haber buscado un lugar suficientemente adaptado a él. Los espacios eran amplios, permitiéndole maniobrar con facilidad, y no había nada de lo que le resultase importante que estuviese fuera de su al canse; por el resto, claramente él se las ingeniaba para mantener todo ordenado, arreglado, y por supuesto, limpio, si bien claramente no era alguien que atendiese demasiado a las cosas del hogar, tampoco lo hacía como para crear caos alguno.
– Bienvenido – Dijo en un tono casi formal – Esta será tu casa desde ahora. He de suponer que querrás conocerla por dentro. – Afirmado aquello, y sin esperar demasiado por una respuesta, comenzó avanzar por las diferentes habitaciones, aunque no se detuvo demasiado, el otro ya tendría tiempo de ver todo por sí mismo cuando gustase y él, por su parte, no estaba acostumbrado a llevar a otros a su hogar, mucho menos enseñarlo, y ni hablar respecto de convivir con alguien, eso sí que había estado fuera de sus más descabellados planes hasta… hasta aquél día… porque fuese o no un androide, estos eran demasiado “humanos” para su gusto, y a su vez, era quizás la parte humana en el funcionamiento de aquél androide lo que le había llamado la atención, no así la que respectaba a su apariencia, que como en casi todos, buscaba el mayor realismo posible.
A fin de cuentas, en toda la casa, la habitación que realmente le interesaba mostrarle, era aquella en la que el androide habría de instalarse a gusto. Después de todo, esa habitación no la usaba en absoluto, por el contrario, era las clásicas “habitaciones para visitas”, sólo que él no tenía visitas, y siendo que tampoco vivía con nadie más, simplemente era casi el único lugar que había hecho a un lado e ignorado completamente en toda la casa. De tal modo Aniel tendría la libertar para hacer con este lo que quisiese, y androide o no, Victor simplemente pensaba que se encargaría de hacer lo necesario para que el otro pudiese arreglarlo, decorarlo, y reformarlo de la forma que más le complaciese y con total libertad. En vez de ver el lado negativo de tener “nueva compañía” esperaba encontrar algo positivo y pensar que quizás sería algo interesante el resultado de todo aquello.
De buenas a primera se detuvo en el segundo piso, frente a la puerta que daba a la habitación “abandonada”, luego tendría tiempo de detenerse a los demás lugares si así lo deseaba Aniel, comenzando por la biblioteca que estaba al frente y era en consideración un tanto excesivamente amplia; era claro que Victor disfrutaba de la lectura desde su juventud, aunque lo que más le gustaba era le conocimiento y retener información. – Pues bien, antes que nada, esta será tu habitación desde ahora. No es la gran cosa, pero podrás mover lo que sea, y decorarla como quieras, incluso pintarla de la forma que más gustes, sólo tienes que decir lo que necesites o quieras, desde artículos hasta alguien para que ayude, claro, no cuentes con mucho de mi parte, sobre todo si quieres pintar, no llegaría muy lejos – Claramente se refería a que difícilmente llegaría a ayudar más que en una zona baja, aunque si fuese el caso, seguramente, y a regañadientes, acabaría por echar una mano con eso, en el fondo y aunque no lo admitiese, era alguien que gustaba de distraerse y hacer cosas y hasta cuando se comportaba gruñón, podía llegar a divertirse con algo sin necesidad de decir o admitir nada.
Había abierto la puerta del cuarto dejándole paso a una habitación bastante espaciosa y claramente sin uso, donde dos muebles se amontonaban a un lado, había una cama simple con un colchón un una almohada cubierto por unas sábanas grises, simplemente por formalidad de dejar tendida la misma, y un par de cajas amontonadas en la esquina opuesta, probablemente de cosas sin uso que acabaron dando a parar allí. Una ventana cubierta que dejaba pasar algo de luz y la lámpara en el techo eran las únicas fuentes de iluminación, al menos de momento, una mesa de luz y una cajonera también se encontraban allí, y probablemente el contenido de algunas de las cajas que estaban sobre esta última era lo que habría de haber estado sobre ellas, o algún que otro adorno factible que nunca colocase. – Supongo que tendrás que hacer algunos cambios para que sea un sitio más cómodo para ti. Puedes ver lo que hay y deshacerte de todo lo que no te interese, también puedes ver mobiliario nuevo. – No era como que tuviese apego alguno por lo que podía encontrarse allí, así que no le molestaba el cambiarlo, incluso, todo." />
En cuanto llegaron, estacionó su vehículo bajó de él con la habilidad que da la costumbre, aguardando por Aniel. – ¿Y? ¿Qué tal se siente salir de ahora? Por lo que me has dicho, no lo has hecho antes, no mucho al menos. Aunque a mi parecer, no es la gran cosa. – Mencionó invitándole a pasar a la construcción.
Era una casa amplia, de dos pisos; estaba claramente adaptada a él en muchos sentidos, pero no de una forma notoria, no si no le veías y lo pensabas primero, porque a su vez, él mismo era suficientemente terco como para adaptarse al lugar tanto como el haber buscado un lugar suficientemente adaptado a él. Los espacios eran amplios, permitiéndole maniobrar con facilidad, y no había nada de lo que le resultase importante que estuviese fuera de su al canse; por el resto, claramente él se las ingeniaba para mantener todo ordenado, arreglado, y por supuesto, limpio, si bien claramente no era alguien que atendiese demasiado a las cosas del hogar, tampoco lo hacía como para crear caos alguno.
– Bienvenido – Dijo en un tono casi formal – Esta será tu casa desde ahora. He de suponer que querrás conocerla por dentro. – Afirmado aquello, y sin esperar demasiado por una respuesta, comenzó avanzar por las diferentes habitaciones, aunque no se detuvo demasiado, el otro ya tendría tiempo de ver todo por sí mismo cuando gustase y él, por su parte, no estaba acostumbrado a llevar a otros a su hogar, mucho menos enseñarlo, y ni hablar respecto de convivir con alguien, eso sí que había estado fuera de sus más descabellados planes hasta… hasta aquél día… porque fuese o no un androide, estos eran demasiado “humanos” para su gusto, y a su vez, era quizás la parte humana en el funcionamiento de aquél androide lo que le había llamado la atención, no así la que respectaba a su apariencia, que como en casi todos, buscaba el mayor realismo posible.
A fin de cuentas, en toda la casa, la habitación que realmente le interesaba mostrarle, era aquella en la que el androide habría de instalarse a gusto. Después de todo, esa habitación no la usaba en absoluto, por el contrario, era las clásicas “habitaciones para visitas”, sólo que él no tenía visitas, y siendo que tampoco vivía con nadie más, simplemente era casi el único lugar que había hecho a un lado e ignorado completamente en toda la casa. De tal modo Aniel tendría la libertar para hacer con este lo que quisiese, y androide o no, Victor simplemente pensaba que se encargaría de hacer lo necesario para que el otro pudiese arreglarlo, decorarlo, y reformarlo de la forma que más le complaciese y con total libertad. En vez de ver el lado negativo de tener “nueva compañía” esperaba encontrar algo positivo y pensar que quizás sería algo interesante el resultado de todo aquello.
De buenas a primera se detuvo en el segundo piso, frente a la puerta que daba a la habitación “abandonada”, luego tendría tiempo de detenerse a los demás lugares si así lo deseaba Aniel, comenzando por la biblioteca que estaba al frente y era en consideración un tanto excesivamente amplia; era claro que Victor disfrutaba de la lectura desde su juventud, aunque lo que más le gustaba era le conocimiento y retener información. – Pues bien, antes que nada, esta será tu habitación desde ahora. No es la gran cosa, pero podrás mover lo que sea, y decorarla como quieras, incluso pintarla de la forma que más gustes, sólo tienes que decir lo que necesites o quieras, desde artículos hasta alguien para que ayude, claro, no cuentes con mucho de mi parte, sobre todo si quieres pintar, no llegaría muy lejos – Claramente se refería a que difícilmente llegaría a ayudar más que en una zona baja, aunque si fuese el caso, seguramente, y a regañadientes, acabaría por echar una mano con eso, en el fondo y aunque no lo admitiese, era alguien que gustaba de distraerse y hacer cosas y hasta cuando se comportaba gruñón, podía llegar a divertirse con algo sin necesidad de decir o admitir nada.
Había abierto la puerta del cuarto dejándole paso a una habitación bastante espaciosa y claramente sin uso, donde dos muebles se amontonaban a un lado, había una cama simple con un colchón un una almohada cubierto por unas sábanas grises, simplemente por formalidad de dejar tendida la misma, y un par de cajas amontonadas en la esquina opuesta, probablemente de cosas sin uso que acabaron dando a parar allí. Una ventana cubierta que dejaba pasar algo de luz y la lámpara en el techo eran las únicas fuentes de iluminación, al menos de momento, una mesa de luz y una cajonera también se encontraban allí, y probablemente el contenido de algunas de las cajas que estaban sobre esta última era lo que habría de haber estado sobre ellas, o algún que otro adorno factible que nunca colocase. – Supongo que tendrás que hacer algunos cambios para que sea un sitio más cómodo para ti. Puedes ver lo que hay y deshacerte de todo lo que no te interese, también puedes ver mobiliario nuevo. – No era como que tuviese apego alguno por lo que podía encontrarse allí, así que no le molestaba el cambiarlo, incluso, todo." />
- Imágenes:
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Ryoma Victor
Mensajes : 25
Salir a esas horas de la noche no era algo que hubiese hecho antes, por lo que no pudo evitar alzar la mirada al cielo y quedar hipnotizado por un bello firmamento que se veía tan opacado por una brillante y tecnológica ciudad; pero que aún así era capaz de exhibir parte de su hermosura para aquellos que deseasen tomarse un poco de su tiempo en verla. Quizás hubo permanecido demasiado tiempo viendo aquellas lejanas estrellas, pero sabía que su nuevo amo le esperaba y no debía dejarlo esperando mucho más, así que camino rápidamente y se subió al automóvil en el asiento del copiloto.
El camino resultó curiosamente corto, quizás fuese porque durante este le vio ¿hakear? Algunos semáforos, observando curiosamente aquello ¿debía hacer o decir algo al respecto? Suponía que él siempre había hecho eso porque lo hacía con total tranquilidad y velocidad, aunque parecía algo peligroso verse en eso mientras conducía. Como androide de Víctor ahora parte de su trabajo era cuidar de él, de su salud y bienestar, así como de las cosas en las que pudiese necesitarle; habían introducido información personal del peliplateado en su sistema. Si, ahora sabía porque estaba como estaba y cuáles eran sus posibilidades y dificultades… suponía que a partir de aquel momento debería establecer sus propias estrategias y sistemas dentro de lo que el necesitaba, y lo que aceptaba o no necesitar, así como las demás cosas que le ordenase hacer.
─ Para alguien como yo que ha pasado la mayor parte de su existencia dentro de una tienda y una bodega… he de decir que resulta agradable. ─comentó con una suave sonrisa para después alzar su vista hacia la moderna construcción, una casa de gran tamaño que cualquiera podría considerar el hogar perfecto, incluso para una familia, pero sabía ya de antemano que estarían solos ellos dos en aquella casa.
Una enorme construcción de amplios pasillos y aún más amplias habitaciones, parecía tener todo lo necesario sin exagerar en el detalle, rozando casi la decoración minimalista que suponía le sería de agrado a su nuevo amo. Caminó detrás de él por toda la casa o al menos las partes de ésta que tuviese gusto y deseo en enseñarle, porque claro, de todas formas tendría tiempo suficiente para aprendérsela muy de memoria después cuando le tocase hacer tareas caseras y otro tipo de cosas. Curioso y llamativo, aquellas que de lejos se veían como simples escaleras eran en realidad una cinta mecánica sobre la cual podría posar la silla para subir tranquilamente, muy conveniente e interesante, lo era sí.
Pronto hubieron llegado frente a la puerta que sería su habitación, y tras abrirse ésta descubrió un sitio medianamente amplio, de aspecto sencillo pero cómodo y quizás hasta lo que se podía llamar “acogedor”; Aniel no era en realidad exigente con ello a pesar de que su apariencia se viese tan elegante y sofisticada. Peculiaridades requeridas por su antiguo dueño quizás.
─ Me agrada, le agradezco por el cómodo sitio personal. ─comentó inclinándose levemente hacia el otro cual mayordomo refinado y educado, quizás eso terminase siendo él para Víctor cuando asumiese las tareas que como propiedad de éste competían─ Tomaré sus palabras y lo acomodaré a mi preferencia, no debe preocuparse por ello… si necesito ayuda se lo haré saber, pero no he de incomodarlo con ello; a no ser que usted mismo desee hacerlo. ─comentó mientras daba un par de pasos ingresando en la habitación, llevando sus dedos hasta el interruptor de la luz que parpadeo perezosa antes de encender por completo─ Sin embargo si quiere distraerse con una actividad diferente, creo que esa sería una buena opción. ─sonrió al verle, recorriendo los alrededores con la mirada, quizás hubiese una o más cosas que mover o quitar, eso seguramente lo vería después, al día siguiente o cuando tuviese tiempo para él mismo. Naturalmente interpondría por sobre sus cosas las necesidades de su amo.
─ Agradezco formalmente la bienvenida a su hogar y espero serle de utilidad en todo lo que pueda necesitarme…─comentó caminando entonces hacia su joven amo y con una suave sonrisa en los labios, tomar una de sus manos para depositar sobre el dorso de ésta un largo y suave beso, dejándola en su sitio después para permanecer de pie frente a él─ Si desea puedo prepararle la cena; no cuento con muchas recetas en mi conocimiento pero puedo adquirir más después según como sean sus gustos. ─comentó, permaneciendo allí en espera de lo que el peliplateado tuviese para pedir; apenas podía creer que aquellas paredes que le rodeaban no fueran las de la tienda, no, ya no, apenas podía creer que aquel sería su hogar. Si, aunque su cuarto se viese vacío y modesto en ese momento, parecía estar experimentando esa curiosa sensación que le llenaba por completo… felicidad; Aniel era feliz de tener un nuevo hogar, no… Aniel era feliz de tener un hogar.
El camino resultó curiosamente corto, quizás fuese porque durante este le vio ¿hakear? Algunos semáforos, observando curiosamente aquello ¿debía hacer o decir algo al respecto? Suponía que él siempre había hecho eso porque lo hacía con total tranquilidad y velocidad, aunque parecía algo peligroso verse en eso mientras conducía. Como androide de Víctor ahora parte de su trabajo era cuidar de él, de su salud y bienestar, así como de las cosas en las que pudiese necesitarle; habían introducido información personal del peliplateado en su sistema. Si, ahora sabía porque estaba como estaba y cuáles eran sus posibilidades y dificultades… suponía que a partir de aquel momento debería establecer sus propias estrategias y sistemas dentro de lo que el necesitaba, y lo que aceptaba o no necesitar, así como las demás cosas que le ordenase hacer.
─ Para alguien como yo que ha pasado la mayor parte de su existencia dentro de una tienda y una bodega… he de decir que resulta agradable. ─comentó con una suave sonrisa para después alzar su vista hacia la moderna construcción, una casa de gran tamaño que cualquiera podría considerar el hogar perfecto, incluso para una familia, pero sabía ya de antemano que estarían solos ellos dos en aquella casa.
Una enorme construcción de amplios pasillos y aún más amplias habitaciones, parecía tener todo lo necesario sin exagerar en el detalle, rozando casi la decoración minimalista que suponía le sería de agrado a su nuevo amo. Caminó detrás de él por toda la casa o al menos las partes de ésta que tuviese gusto y deseo en enseñarle, porque claro, de todas formas tendría tiempo suficiente para aprendérsela muy de memoria después cuando le tocase hacer tareas caseras y otro tipo de cosas. Curioso y llamativo, aquellas que de lejos se veían como simples escaleras eran en realidad una cinta mecánica sobre la cual podría posar la silla para subir tranquilamente, muy conveniente e interesante, lo era sí.
Pronto hubieron llegado frente a la puerta que sería su habitación, y tras abrirse ésta descubrió un sitio medianamente amplio, de aspecto sencillo pero cómodo y quizás hasta lo que se podía llamar “acogedor”; Aniel no era en realidad exigente con ello a pesar de que su apariencia se viese tan elegante y sofisticada. Peculiaridades requeridas por su antiguo dueño quizás.
─ Me agrada, le agradezco por el cómodo sitio personal. ─comentó inclinándose levemente hacia el otro cual mayordomo refinado y educado, quizás eso terminase siendo él para Víctor cuando asumiese las tareas que como propiedad de éste competían─ Tomaré sus palabras y lo acomodaré a mi preferencia, no debe preocuparse por ello… si necesito ayuda se lo haré saber, pero no he de incomodarlo con ello; a no ser que usted mismo desee hacerlo. ─comentó mientras daba un par de pasos ingresando en la habitación, llevando sus dedos hasta el interruptor de la luz que parpadeo perezosa antes de encender por completo─ Sin embargo si quiere distraerse con una actividad diferente, creo que esa sería una buena opción. ─sonrió al verle, recorriendo los alrededores con la mirada, quizás hubiese una o más cosas que mover o quitar, eso seguramente lo vería después, al día siguiente o cuando tuviese tiempo para él mismo. Naturalmente interpondría por sobre sus cosas las necesidades de su amo.
─ Agradezco formalmente la bienvenida a su hogar y espero serle de utilidad en todo lo que pueda necesitarme…─comentó caminando entonces hacia su joven amo y con una suave sonrisa en los labios, tomar una de sus manos para depositar sobre el dorso de ésta un largo y suave beso, dejándola en su sitio después para permanecer de pie frente a él─ Si desea puedo prepararle la cena; no cuento con muchas recetas en mi conocimiento pero puedo adquirir más después según como sean sus gustos. ─comentó, permaneciendo allí en espera de lo que el peliplateado tuviese para pedir; apenas podía creer que aquellas paredes que le rodeaban no fueran las de la tienda, no, ya no, apenas podía creer que aquel sería su hogar. Si, aunque su cuarto se viese vacío y modesto en ese momento, parecía estar experimentando esa curiosa sensación que le llenaba por completo… felicidad; Aniel era feliz de tener un nuevo hogar, no… Aniel era feliz de tener un hogar.
Aniel
Androide : ¿Eso es posible?
Amo : Victor Ryoma
Pareja : Mmm no.
Mensajes : 47
Advirtió que observaba atento lo que hacía, y casi como si pretendiese responder alguna pregunta, que claramente no había sido hecha, aclaró – No lo hago siempre; sólo cuando llevo prisa, o se ha hecho tarde – O cuando estaba demasiado aburrido, pero eso no lo incluiría por igual en su comentario.
Lo cierto era que podía hacerse a la idea de las diferencias, era en cierta forma una respuesta lógica, esperada, y no obstante, su forma de expresarlo era curios; talvez se debía a que él había sido creado para atender inmediatamente a un amo, bajo su pedido, el hecho de esperar a ser vendido no había sido otra cosa más que “un error”, algo fuera de los planes elaborados para aquél androide, a diferencia de aquellos que se elaboraban a fin de ser colocados a la venta en la tienda.
Dejó que observase el lugar, en cierta forma le parecía bueno el que fuese de su agrado, sin embargo, aquella especie de formalidad en su respuesta le resultaba un tanto incómoda; había un motivo por el que no trataba con personas, simplemente, no se llevaba con ellas, y comenzaba a recordar por qué prefería evitar participar más avanzadamente en el proceso de creación de los androides…
Bufó levemente como negando las palabras contrarias, incluso si era un buen punto a favor, y estaba en lo cierto; cualquiera que le hubiese tratado consideraría antes de decirlo, o siquiera insinuarlo, cuán inútil sería, porque aunque fuese a fuerza de terquedad pura, él jamás llegaría a admitir algo por el estilo.
No respondió al respecto de aquél agradecimiento por la bienvenida, no veía necesidad de darlo y por ende tampoco de responderlo, y en cuanto a llegar a necesitarle en algo, prefirió guardar cualquier comentario que pudiese emitir… lo prefirió, o quizás simplemente que el acto del contrario le impidió el reaccionar al respecto; ¿qué rayos estaba haciendo?. Desvió su rostro en la dirección opuesta. Eso sin duda le recordó por qué prefería tratar con “maquinas” más básicas. Su procesamiento era básico, predeterminado, y por sobre todo, predecible; no había nada en ellas que pudiese tomarle por sorpresa o de improviso; sin embargo, no podía negar que era esa forma de asociación y razonamiento más “libre” de los androides la que había hecho que estos le llamasen la atención y uno de los motivos por el que había acabado y continuaba en su puesto de trabajo actual. Ellos tenían todo para poder salirse de los parámetros, al menos la mayoría, pese a las limitaciones a tal capacidad; que a su parecer no dejaban de ser un estorbo para “probar” que tan lejos podían llegar las programaciones a dar independencia respecto a las mismas; sin embargo, y pese a todo, la base del proceso que les permitía “razonar” sobre qué era o no lo indicado en cada situación, o elegir por lo mismo, estaba allí en su gran mayoría, y era esa base la que podía tomarle por sorpresa.
– No tengo ningún gusto o preferencia de importancia, así que es lo de menos. – Prefirió centrarse en el segundo tema que había tocado, e ignorar por completo lo anterior. – Pero ya que estás aquí, podrías preparar algo supongo. No pretendo pedirte que hagas demasiado; más allá de poder serme de ayuda en el trabajo. Tampoco te diré que no hagas nada, ni te impediré ayudar en algo, porque seguramente no es lo que esperas. Me las he ingeniado bien solo mucho tiempo como para pensar que no pueda hacerlo ahora, sin embargo, puedes ayudar en lo que te parezca más conveniente. Con eso quiero decir que tienes la libertad de elegir cómo más guste y hasta qué punto prefieras hacer las cosas aquí.
De alguna manera quería decirle que le daba la libertad de hacer lo que más prefiriese en cuanto a ayudar estando allí, y por el resto ocupar su tiempo a “gusto”, no había estado en sus planes conseguir un androide, y tampoco era de la clase de persona que aceptase fácilmente necesitar que alguien más hiciese las cosas por él, así que no lo diría fácilmente.
Luego de dejar que viese el lugar a gusto le invitó a ver el resto de las habitaciones – La biblioteca es un buen lugar para pasar el tiempo, tal vez encuentres algo interesante, hay una gran variedad de libros, y el ordenador allí tiene acceso casi ilimitado; ya no la uso pero puedes tú usarla a gusto. Hay un baño aquí, y otro abajo, y si me sigues allí te mostraré también la cocina. Mi habitación está a unas puertas por allí – Dijo indicándole. Iba a ser extraño tener compañía, pero a fin de cuentas, no parecía tan desagradable introducirse a lo “desconocido” y probar algo de lo que se llama “convivencia”, más allá de que se tratase de un androide y, por fortuna, no de una persona.
Lo cierto era que podía hacerse a la idea de las diferencias, era en cierta forma una respuesta lógica, esperada, y no obstante, su forma de expresarlo era curios; talvez se debía a que él había sido creado para atender inmediatamente a un amo, bajo su pedido, el hecho de esperar a ser vendido no había sido otra cosa más que “un error”, algo fuera de los planes elaborados para aquél androide, a diferencia de aquellos que se elaboraban a fin de ser colocados a la venta en la tienda.
Dejó que observase el lugar, en cierta forma le parecía bueno el que fuese de su agrado, sin embargo, aquella especie de formalidad en su respuesta le resultaba un tanto incómoda; había un motivo por el que no trataba con personas, simplemente, no se llevaba con ellas, y comenzaba a recordar por qué prefería evitar participar más avanzadamente en el proceso de creación de los androides…
Bufó levemente como negando las palabras contrarias, incluso si era un buen punto a favor, y estaba en lo cierto; cualquiera que le hubiese tratado consideraría antes de decirlo, o siquiera insinuarlo, cuán inútil sería, porque aunque fuese a fuerza de terquedad pura, él jamás llegaría a admitir algo por el estilo.
No respondió al respecto de aquél agradecimiento por la bienvenida, no veía necesidad de darlo y por ende tampoco de responderlo, y en cuanto a llegar a necesitarle en algo, prefirió guardar cualquier comentario que pudiese emitir… lo prefirió, o quizás simplemente que el acto del contrario le impidió el reaccionar al respecto; ¿qué rayos estaba haciendo?. Desvió su rostro en la dirección opuesta. Eso sin duda le recordó por qué prefería tratar con “maquinas” más básicas. Su procesamiento era básico, predeterminado, y por sobre todo, predecible; no había nada en ellas que pudiese tomarle por sorpresa o de improviso; sin embargo, no podía negar que era esa forma de asociación y razonamiento más “libre” de los androides la que había hecho que estos le llamasen la atención y uno de los motivos por el que había acabado y continuaba en su puesto de trabajo actual. Ellos tenían todo para poder salirse de los parámetros, al menos la mayoría, pese a las limitaciones a tal capacidad; que a su parecer no dejaban de ser un estorbo para “probar” que tan lejos podían llegar las programaciones a dar independencia respecto a las mismas; sin embargo, y pese a todo, la base del proceso que les permitía “razonar” sobre qué era o no lo indicado en cada situación, o elegir por lo mismo, estaba allí en su gran mayoría, y era esa base la que podía tomarle por sorpresa.
– No tengo ningún gusto o preferencia de importancia, así que es lo de menos. – Prefirió centrarse en el segundo tema que había tocado, e ignorar por completo lo anterior. – Pero ya que estás aquí, podrías preparar algo supongo. No pretendo pedirte que hagas demasiado; más allá de poder serme de ayuda en el trabajo. Tampoco te diré que no hagas nada, ni te impediré ayudar en algo, porque seguramente no es lo que esperas. Me las he ingeniado bien solo mucho tiempo como para pensar que no pueda hacerlo ahora, sin embargo, puedes ayudar en lo que te parezca más conveniente. Con eso quiero decir que tienes la libertad de elegir cómo más guste y hasta qué punto prefieras hacer las cosas aquí.
De alguna manera quería decirle que le daba la libertad de hacer lo que más prefiriese en cuanto a ayudar estando allí, y por el resto ocupar su tiempo a “gusto”, no había estado en sus planes conseguir un androide, y tampoco era de la clase de persona que aceptase fácilmente necesitar que alguien más hiciese las cosas por él, así que no lo diría fácilmente.
Luego de dejar que viese el lugar a gusto le invitó a ver el resto de las habitaciones – La biblioteca es un buen lugar para pasar el tiempo, tal vez encuentres algo interesante, hay una gran variedad de libros, y el ordenador allí tiene acceso casi ilimitado; ya no la uso pero puedes tú usarla a gusto. Hay un baño aquí, y otro abajo, y si me sigues allí te mostraré también la cocina. Mi habitación está a unas puertas por allí – Dijo indicándole. Iba a ser extraño tener compañía, pero a fin de cuentas, no parecía tan desagradable introducirse a lo “desconocido” y probar algo de lo que se llama “convivencia”, más allá de que se tratase de un androide y, por fortuna, no de una persona.
Ryoma Victor
Mensajes : 25
Víctor era con todas las letras un amo especial, lo era, pues además de ser una persona autosuficiente, tenía una forma de pensar diferente y curiosa para el albino; él, acostumbrado a ver pasar personas más sencillas que se dedicaban a solo disfrutar de los buenos momentos de la vida… conocer a alguien como su nuevo amo resultaba interesante, ciertamente. Querría ahora y siempre cuidar de él, protegerle y ayudarle en lo que necesitase, en lo que dejase, en lo que reconociese y en lo que no. Si, aunque no lo dijese sabía que de igual forma tenía sus limitaciones; pero resultaba también admirable en ese punto.
─ Entiendo, entonces me tomaré esa libertad. ─afirmo en palabras y con un leve movimiento de cabeza, él podría tanto hacer labores domésticas como ayudarle en lo que pueda necesitar en el trabajo; aunque ciertamente sus funciones iníciales distaban bastante de todo eso. Si, él había sido creado para ser una mano derecha, pero de una persona con una vida totalmente distinta a la de su actual amo. De todas formas, si algo tenían de buenos los androides, eran esa gran capacidad de aprender, aún él siendo un Sigma, tenía esa valiosa capacidad.
─ Revisaré la cocina para optar por lo que resulte más viable preparar a base de los alimentos disponibles. ─parecía razonable proceder de esa forma, lo era─ Ciertamente resulta grato, he de admitir que puedo pasarme largas horas leyendo o… “devorando libros” como se suele decir, la investigación es uno de mis gustos y además uno de mis puntos fuertes, así como también la logística y la matemática. Aún así creo que puedo adquirir más variados gustos tan solo con interactuar con el ambiente…─comento mientras daba una última ojeada a la habitación, deteniéndose en esa ventana que debería liberar después, y tras escucharle hablar nuevamente le siguió, dejando momentáneamente la que sería ahora su nueva, y en realidad primera habitación.
— Me agrada la arquitectura en general de esta construcción, quién lo haya hecho fue una persona bastante talentosa… si bien los espacios son amplios, las cosas también están bien distribuidas para poder aprovecharlos al máximo sin que los objetos dejen de lucirse o sea difícil acceder a ellos…—una breve opinión personal, podía sentirse a gusto de pasar sus siguientes días y noches entre aquellas paredes. Y habiendo cosas a la que se deba adaptar, pensó que probablemente debería ser él quién lo notase, pues el joven no era de esos que se ponían a programarle cosas muy específicas; eso había quedado demostrado ya.
— He notado que los formalismos parecen no resultar de su agrado. Puedo cambiar mi forma de expresarme si así lo desea… tratarle de “tu” si así se siente más a gusto.—todo era cuestión de adaptarse a sus deseos, aunque sabía que posiblemente Víctor le diese libertad de decidir eso también.
─ Entiendo, entonces me tomaré esa libertad. ─afirmo en palabras y con un leve movimiento de cabeza, él podría tanto hacer labores domésticas como ayudarle en lo que pueda necesitar en el trabajo; aunque ciertamente sus funciones iníciales distaban bastante de todo eso. Si, él había sido creado para ser una mano derecha, pero de una persona con una vida totalmente distinta a la de su actual amo. De todas formas, si algo tenían de buenos los androides, eran esa gran capacidad de aprender, aún él siendo un Sigma, tenía esa valiosa capacidad.
─ Revisaré la cocina para optar por lo que resulte más viable preparar a base de los alimentos disponibles. ─parecía razonable proceder de esa forma, lo era─ Ciertamente resulta grato, he de admitir que puedo pasarme largas horas leyendo o… “devorando libros” como se suele decir, la investigación es uno de mis gustos y además uno de mis puntos fuertes, así como también la logística y la matemática. Aún así creo que puedo adquirir más variados gustos tan solo con interactuar con el ambiente…─comento mientras daba una última ojeada a la habitación, deteniéndose en esa ventana que debería liberar después, y tras escucharle hablar nuevamente le siguió, dejando momentáneamente la que sería ahora su nueva, y en realidad primera habitación.
— Me agrada la arquitectura en general de esta construcción, quién lo haya hecho fue una persona bastante talentosa… si bien los espacios son amplios, las cosas también están bien distribuidas para poder aprovecharlos al máximo sin que los objetos dejen de lucirse o sea difícil acceder a ellos…—una breve opinión personal, podía sentirse a gusto de pasar sus siguientes días y noches entre aquellas paredes. Y habiendo cosas a la que se deba adaptar, pensó que probablemente debería ser él quién lo notase, pues el joven no era de esos que se ponían a programarle cosas muy específicas; eso había quedado demostrado ya.
— He notado que los formalismos parecen no resultar de su agrado. Puedo cambiar mi forma de expresarme si así lo desea… tratarle de “tu” si así se siente más a gusto.—todo era cuestión de adaptarse a sus deseos, aunque sabía que posiblemente Víctor le diese libertad de decidir eso también.
Aniel
Androide : ¿Eso es posible?
Amo : Victor Ryoma
Pareja : Mmm no.
Mensajes : 47
Asintió al hecho de que se tomaría la libertad de hacerlo, más que nada en señal de que podía revisar cuanto quisiese para evaluar lo que pudiese preparar. La cocina era tecnológicamente bastante actualizada, así que el hecho de preparar cosas allí no resultaba tan complicado como podría serlo en otras circunstancias, y, al gusto de Victor al menos, todo era fácil de encontrar. Escuchó los comentarios sobre la lectura con una leve sonrisa, claramente tendrían “algo en común”, después de todo, leer era uno de sus pasatiempos; sobre todo, simplemente por “conocer más” – Para ser cinceros, yo ya he leído todo lo que hay aquí, pero suelo adquirir algún nuevo libro cada tanto, siempre que resulte interesante al menos, y es algo que creo seguiré haciendo hasta que ya no quede más especio; y entonces deberé buscar dónde guardarlos. – Era sólo una observación verídica al respecto, que dejó pasar mientras se acercaba al primer estante y acomodaba un libro que era el último que había estado leyendo, era claro que podía leer con bastante rapidez y dedicaba gran parte de su tiempo “libre” a ello, tanto como a la informática y a todo lo que lograba aprender y leer en línea.
Escuchó su afirmación respecto a su conformidad con la arquitectura del lugar; un comentario que sin duda le agradó; y era mejor que fuese de tal modo, pues después de todo podría decirse de aquél lugar su nuevo hogar – Es bueno que te agrade, porque es una construcción a mi agrado y está arreglada bastante a mi gusto. Si no te agradase, sería una verdadera pena, porque habrías de pasar bastante tiempo aquí; incluso si supongo que preferirás salir bastante más que yo, pero será una buena idea que conozcas más de la ciudad.
En cuanto a los formalismos, tenía razón a medias; no era precisamente que no resultasen de su agrado, sino que no iban con él: nunca había sido alguien que tratase a los demás de manera excesivamente formal, y como tal, tampoco sentía interés por recibir o no tal tipo de trato a menos que fuese en los ámbitos en que resultaban al menos estrictamente necesario. – Puedes tratarme como más adecuado lo interpretes, pero dudo que logres demasiada formalidad de mi parte, no es en lo que me especializo, ni se me da el tratar con otro demasiado bien tampoco; estas advertido. – Aquellas dos últimas palabras las dejó escapar casi en un suave tono de broma, divertido, pese a que estaba diciendo ni más ni menos que la pura verdad.
– Hay dos baños, uno aquí, y otro abajo; la cocina, y un pequeño taller también se encuentran allí. Fuera está el patio, es bastante agradable, aunque supongo se ve mejor de día. Ya tendrás tiempo para conocer todo mejor, pero puedo mostrarte lo que más prefieras. – Le observó y se acercó para bajar al primer piso una vez más – Seguramente habrá mucho más que puedas ver o conocer mañana, durante el día. – Aclaró tras eso.
Escuchó su afirmación respecto a su conformidad con la arquitectura del lugar; un comentario que sin duda le agradó; y era mejor que fuese de tal modo, pues después de todo podría decirse de aquél lugar su nuevo hogar – Es bueno que te agrade, porque es una construcción a mi agrado y está arreglada bastante a mi gusto. Si no te agradase, sería una verdadera pena, porque habrías de pasar bastante tiempo aquí; incluso si supongo que preferirás salir bastante más que yo, pero será una buena idea que conozcas más de la ciudad.
En cuanto a los formalismos, tenía razón a medias; no era precisamente que no resultasen de su agrado, sino que no iban con él: nunca había sido alguien que tratase a los demás de manera excesivamente formal, y como tal, tampoco sentía interés por recibir o no tal tipo de trato a menos que fuese en los ámbitos en que resultaban al menos estrictamente necesario. – Puedes tratarme como más adecuado lo interpretes, pero dudo que logres demasiada formalidad de mi parte, no es en lo que me especializo, ni se me da el tratar con otro demasiado bien tampoco; estas advertido. – Aquellas dos últimas palabras las dejó escapar casi en un suave tono de broma, divertido, pese a que estaba diciendo ni más ni menos que la pura verdad.
– Hay dos baños, uno aquí, y otro abajo; la cocina, y un pequeño taller también se encuentran allí. Fuera está el patio, es bastante agradable, aunque supongo se ve mejor de día. Ya tendrás tiempo para conocer todo mejor, pero puedo mostrarte lo que más prefieras. – Le observó y se acercó para bajar al primer piso una vez más – Seguramente habrá mucho más que puedas ver o conocer mañana, durante el día. – Aclaró tras eso.
Ryoma Victor
Mensajes : 25
Biblioteca | Cocina
Recorrió con la vista el amplio espacio, moderno y minimalista en su esencia, como el resto de la casa; aquella gran biblioteca contaba con dos pisos cuyas estanterías estaban casi al punto de desbordarse en libros ordenados de forma minuciosa… una vista agradable, ciertamente. Un lugar en el cual el albino suponía que podría pasar largas horas, o más bien buen parte de su tiempo libre; aunque pudiese adquirir más adelante más y más variados pasatiempos.
─ Creo que tarde o temprano habré acabado de leer todos estos de igual manera… pero siempre es posible encontrar archivos pdf en la net. ─comento algo de lo que conocía bastante─ A decir verdad los libros que he leído los he obtenido de esta forma, accediendo a la red desde la tienda. ─algo que solía hacer bastante seguido cuando los días resultaban bastante monótonos; después de pasar todo un año solo en espera viendo a demás androides ir y venir, había querido distraerse en algo más.
─ Seguramente salga de la casa con mayor frecuencia más adelante, solo si usted no me necesita aquí. Pero también puedo salir con usted, un poco de aire fresco y ver el paisaje no le hace mal a nadie. ─sugirió, ya que por alguna razón parecía inferir que Victor no era una persona que pasase mucho tiempo alejada de su hogar.
Y tocando el tema de la formalidad, tal y como hubiese podido llegar a sospechar, Víctor no era una persona que soliese relacionarse demasiado cono tras personas ni que gustase rodearse de reuniones y fiestas frívolas; podría analizar sus comportamientos y su forma de hablar y lo que suponía seria su forma de pensar para deducir esto. Aunque después de esa noche y por todos los días y noches que pudiesen seguirle, tendría tiempo de conocerlo y analizarlo profundamente para poder ajustarse de buena forma a él… ajustarse para que pudiese tomarle mayor confianza y que su presencia se vuelva realmente algo cotidiano.
─ Teniendo en cuenta lo que me comenta… creo que será mejor entonces dejar los formalismos de lado para que pueda sentirse más a gusto en una conversación conmigo. ─explicó y sonrió ante las palabras ajenas, lo primero de todo era adaptarse a su nuevo amo, a sus necesidades y su forma de ser─ No te preocupes por eso, mañana mismo recorreré la casa a gusto para conocer cada uno de sus rincones…─comento con una suave sonrisa, habiendo cambiado ya su forma de trato hacia él─… creo que ahora es más urgente prepararte algo para comer, has de estar hambriento después de largas horas en el trabajo. En poco tiempo tendré algo preparado para ti. ─agrego y palmeo suavemente uno de los hombros ajenos─ Ahora puedes esperar dónde más gustes, serviré en el comedor. ─y tras sus últimas palabras se retiró, dejándole allí para caminar hacia la cocina, un lugar amplio y equipado con todo lo necesario pero sin exagerar. ¿Qué platillo podría preparar? Tras revisar los productos disponibles y verificar la hora optó por algo rápido, sencillo y nutritivo.
─ Filet de atún con salsa de tomate… y ensalada variada…─sentencio en aquel espacio donde solo él mismo escuchó sus propias palabras, acercándose al lavabo a higienizar bien sus manos y después tomar un delantal blanco que vio unos pasos atrás y colgárselo del cuello, ajustándolo también en su cintura. Habría de cocinar una deliciosa salsa, un jugoso filet y preparar una buena ensalada; todo eso mientras de vez en cuando le echaba un vistazo a los bien habitados jardines que se exhibían tras los grandes ventanales de la cocina.
Tras el tiempo prudencial requerido fue que hubo acabado la cena y rápidamente preparó la mesa en el comedor, suponiendo que allí tomaría sus alimentos pues las sillas de la cocina se veían algo dificultosas para que él pudiese sentarse en ellas. Una vez tuvo todo servido le llamó en voz alta por su nombre, esperando que viniese a él desde donde sea que se encontrase; no considerando prudencial el ir a buscarle. Era lo justo y necesario como para que conserve su privacidad personal.
─ Creo que tarde o temprano habré acabado de leer todos estos de igual manera… pero siempre es posible encontrar archivos pdf en la net. ─comento algo de lo que conocía bastante─ A decir verdad los libros que he leído los he obtenido de esta forma, accediendo a la red desde la tienda. ─algo que solía hacer bastante seguido cuando los días resultaban bastante monótonos; después de pasar todo un año solo en espera viendo a demás androides ir y venir, había querido distraerse en algo más.
─ Seguramente salga de la casa con mayor frecuencia más adelante, solo si usted no me necesita aquí. Pero también puedo salir con usted, un poco de aire fresco y ver el paisaje no le hace mal a nadie. ─sugirió, ya que por alguna razón parecía inferir que Victor no era una persona que pasase mucho tiempo alejada de su hogar.
Y tocando el tema de la formalidad, tal y como hubiese podido llegar a sospechar, Víctor no era una persona que soliese relacionarse demasiado cono tras personas ni que gustase rodearse de reuniones y fiestas frívolas; podría analizar sus comportamientos y su forma de hablar y lo que suponía seria su forma de pensar para deducir esto. Aunque después de esa noche y por todos los días y noches que pudiesen seguirle, tendría tiempo de conocerlo y analizarlo profundamente para poder ajustarse de buena forma a él… ajustarse para que pudiese tomarle mayor confianza y que su presencia se vuelva realmente algo cotidiano.
─ Teniendo en cuenta lo que me comenta… creo que será mejor entonces dejar los formalismos de lado para que pueda sentirse más a gusto en una conversación conmigo. ─explicó y sonrió ante las palabras ajenas, lo primero de todo era adaptarse a su nuevo amo, a sus necesidades y su forma de ser─ No te preocupes por eso, mañana mismo recorreré la casa a gusto para conocer cada uno de sus rincones…─comento con una suave sonrisa, habiendo cambiado ya su forma de trato hacia él─… creo que ahora es más urgente prepararte algo para comer, has de estar hambriento después de largas horas en el trabajo. En poco tiempo tendré algo preparado para ti. ─agrego y palmeo suavemente uno de los hombros ajenos─ Ahora puedes esperar dónde más gustes, serviré en el comedor. ─y tras sus últimas palabras se retiró, dejándole allí para caminar hacia la cocina, un lugar amplio y equipado con todo lo necesario pero sin exagerar. ¿Qué platillo podría preparar? Tras revisar los productos disponibles y verificar la hora optó por algo rápido, sencillo y nutritivo.
─ Filet de atún con salsa de tomate… y ensalada variada…─sentencio en aquel espacio donde solo él mismo escuchó sus propias palabras, acercándose al lavabo a higienizar bien sus manos y después tomar un delantal blanco que vio unos pasos atrás y colgárselo del cuello, ajustándolo también en su cintura. Habría de cocinar una deliciosa salsa, un jugoso filet y preparar una buena ensalada; todo eso mientras de vez en cuando le echaba un vistazo a los bien habitados jardines que se exhibían tras los grandes ventanales de la cocina.
Tras el tiempo prudencial requerido fue que hubo acabado la cena y rápidamente preparó la mesa en el comedor, suponiendo que allí tomaría sus alimentos pues las sillas de la cocina se veían algo dificultosas para que él pudiese sentarse en ellas. Una vez tuvo todo servido le llamó en voz alta por su nombre, esperando que viniese a él desde donde sea que se encontrase; no considerando prudencial el ir a buscarle. Era lo justo y necesario como para que conserve su privacidad personal.
Aniel
Androide : ¿Eso es posible?
Amo : Victor Ryoma
Pareja : Mmm no.
Mensajes : 47
– Toda computadora aquí tiene acceso a la red, e incluso hay varios archivos guardados en el ordenador – Indicó, refiriéndose al que estaba en la biblioteca – He leído muchos libros así, prácticamente, he leído todo lo que ha llamado mi atención cada vez que encuentro algo, pero no es lo mismo – Y podía considerarse casi asombroso que él, que se había apegado a la tecnología como “escapatoria” de todo lo demás tras despertar de su accidente, dijese que no era lo mismo leer un libro en “persona” que en un ordenador, pero tenía, como todo, un motivo – Con sinceridad, prefiero la información general que los libros de ese modo, en ocasiones se pierde bastante o encuentras errores que no habría de otro modo.
“Así que un poco de aire fresco no le hacía mal a nadie ¿Eh?” pensó para sí – Tal vez no, pero tampoco lo hace su ausencia – Expresó, queriendo decir con eso que no hablaría i a favor ni en contra de tal posibilidad. Gustaba siempre de quedarse en su hogar o el trabajo y no tanto de salir por allí, pero no estaba tampoco tan mal.
– ¿Parezco tan hambriento acaso? – Mencionó serio, aunque bien podía definirse, pese a que su tono y actitud no lo demostrasen en absoluto, que había un aire de broma tras sus palabras. Era claro el cambio en la formalidad de su trato, y a decir verdad, no le molestaba, ese aire más “familiar” si bien le era desconocido, le habría la chance a sentirse menos incómodo siendo que se trataba de alguien con quién al parecer trataría bastante a menudo, y por otro lado, le fascinaba hasta cierto punto la facilidad de cambio y adaptación que poseía aquél androide, pudiendo modificar un patrón de conducta, aunque simple, con tanta facilidad, distinto a lo que podría ser en, por ejemplo, la mayoría de los humanos; claro, eso sin duda era parte de su programación, pero incluso así, no era lo mismo la teoría que verlo en plena práctica.
Finalmente había decidido dejar al otro en la cocina, sentía curiosidad por saber qué podría preparar y qué tan bien podría resultarle, no podía negar aquello y quizás era el motivo más fuerte por el que accedió sin más… además, cocinar no era del todo su predilección, no con poco tiempo cuando regresaba de su trabajo al menos; sin contar con que era un poco descuidado, al igual que con todo lo que hacía; cualquiera diría que viviendo suficiente tiempo “atado” a una silla de ruedas, uno se adaptaría a esta, sus ventajas y limitaciones, y la “paciencia” que conllevaba aquello, no obstante, Victor en cambio prefirió adaptar está a él, y continuar pese a su condición actuando como cualquier persona, con la misma prisa que podría llevar alguien que pudiese ponerse en pie y caminar sin problemas, y la terquedad propia de él que le impedía aceptar obstáculo alguno que pudiese, al menos, intentar superar.
Sin pensarlo mucho se dirigió a su pequeño taller, y primeramente casi por mera monotonía comenzó a buscar en su ordenador, captó la imagen de su hermana, los lugares en que estuvo y si posición actual, no obtendría mucho entonces, pues ella dormía. Entonces dejó aquello de lado y se puso a hacer alguna que otra cosa para pasar el tiempo. Era extraño, cualquiera diría que era un acosador, eso lo pensaba cada vez, e incluso la ironía le hacía algo de gracia; cualquiera lo diría pues, en lo que a todo el mundo respectaba, ella, en relación a él, no era más que una simple desconocida; para él, es un secreto bien guardado.
Escuchó que le llamaban, por poco y pudo haberse olvidado o pasarlo por alto. Sin más se vio yendo directo al comedor donde el otro parecía ya esperar con la comida que había preparado servida. El aroma que se desprendía de esta no parecía nada mal, por el contrario, podía decir, al menos sin probarlo, que había hecho un buen trabajo – Qué rápido – Mencionó, no había esperado que estuviese listo tan pronto, eso, o se había entretenido más de la cuenta y no notó el pasar del tiempo, pero de cualquier modo, para él había sido rápido.
Sin mucho más se acercó a una de las cillas, y deteniéndose junto a esta, se las arregló para sentarse allí; bien podría comer desde la propia, en la que se movía diariamente, sin embargo, por mero gusto, y quizás algo de su “orgullo” propio, siempre prefería hacer las cosas del modo más “tradicional” en la mayoría de los casos. Invitó al otro a sentarse también dándole a entender a su vez que no necesitaba ningún tipo de ayuda, por si llegaba a preguntárselo. – Quizás habría que atender un poco lo que será tu habitación prontamente, así además podría ser apropiado buscar algo de ropa para que puedas tener ya y cambiarte, incluso si me acompañarás en el trabajo, y cualquier otra cosa que pienses desde ya podrías estar necesitando en algún momento. – Mencionó, quizás como un intento sutil por evitar el silencio antes de probar aquello que Aniel se había tomado el trabajo de preparar.
“Así que un poco de aire fresco no le hacía mal a nadie ¿Eh?” pensó para sí – Tal vez no, pero tampoco lo hace su ausencia – Expresó, queriendo decir con eso que no hablaría i a favor ni en contra de tal posibilidad. Gustaba siempre de quedarse en su hogar o el trabajo y no tanto de salir por allí, pero no estaba tampoco tan mal.
– ¿Parezco tan hambriento acaso? – Mencionó serio, aunque bien podía definirse, pese a que su tono y actitud no lo demostrasen en absoluto, que había un aire de broma tras sus palabras. Era claro el cambio en la formalidad de su trato, y a decir verdad, no le molestaba, ese aire más “familiar” si bien le era desconocido, le habría la chance a sentirse menos incómodo siendo que se trataba de alguien con quién al parecer trataría bastante a menudo, y por otro lado, le fascinaba hasta cierto punto la facilidad de cambio y adaptación que poseía aquél androide, pudiendo modificar un patrón de conducta, aunque simple, con tanta facilidad, distinto a lo que podría ser en, por ejemplo, la mayoría de los humanos; claro, eso sin duda era parte de su programación, pero incluso así, no era lo mismo la teoría que verlo en plena práctica.
Finalmente había decidido dejar al otro en la cocina, sentía curiosidad por saber qué podría preparar y qué tan bien podría resultarle, no podía negar aquello y quizás era el motivo más fuerte por el que accedió sin más… además, cocinar no era del todo su predilección, no con poco tiempo cuando regresaba de su trabajo al menos; sin contar con que era un poco descuidado, al igual que con todo lo que hacía; cualquiera diría que viviendo suficiente tiempo “atado” a una silla de ruedas, uno se adaptaría a esta, sus ventajas y limitaciones, y la “paciencia” que conllevaba aquello, no obstante, Victor en cambio prefirió adaptar está a él, y continuar pese a su condición actuando como cualquier persona, con la misma prisa que podría llevar alguien que pudiese ponerse en pie y caminar sin problemas, y la terquedad propia de él que le impedía aceptar obstáculo alguno que pudiese, al menos, intentar superar.
Sin pensarlo mucho se dirigió a su pequeño taller, y primeramente casi por mera monotonía comenzó a buscar en su ordenador, captó la imagen de su hermana, los lugares en que estuvo y si posición actual, no obtendría mucho entonces, pues ella dormía. Entonces dejó aquello de lado y se puso a hacer alguna que otra cosa para pasar el tiempo. Era extraño, cualquiera diría que era un acosador, eso lo pensaba cada vez, e incluso la ironía le hacía algo de gracia; cualquiera lo diría pues, en lo que a todo el mundo respectaba, ella, en relación a él, no era más que una simple desconocida; para él, es un secreto bien guardado.
Escuchó que le llamaban, por poco y pudo haberse olvidado o pasarlo por alto. Sin más se vio yendo directo al comedor donde el otro parecía ya esperar con la comida que había preparado servida. El aroma que se desprendía de esta no parecía nada mal, por el contrario, podía decir, al menos sin probarlo, que había hecho un buen trabajo – Qué rápido – Mencionó, no había esperado que estuviese listo tan pronto, eso, o se había entretenido más de la cuenta y no notó el pasar del tiempo, pero de cualquier modo, para él había sido rápido.
Sin mucho más se acercó a una de las cillas, y deteniéndose junto a esta, se las arregló para sentarse allí; bien podría comer desde la propia, en la que se movía diariamente, sin embargo, por mero gusto, y quizás algo de su “orgullo” propio, siempre prefería hacer las cosas del modo más “tradicional” en la mayoría de los casos. Invitó al otro a sentarse también dándole a entender a su vez que no necesitaba ningún tipo de ayuda, por si llegaba a preguntárselo. – Quizás habría que atender un poco lo que será tu habitación prontamente, así además podría ser apropiado buscar algo de ropa para que puedas tener ya y cambiarte, incluso si me acompañarás en el trabajo, y cualquier otra cosa que pienses desde ya podrías estar necesitando en algún momento. – Mencionó, quizás como un intento sutil por evitar el silencio antes de probar aquello que Aniel se había tomado el trabajo de preparar.
Ryoma Victor
Mensajes : 25
En eso tenía razón, era cierto que el bajar archivos pdf podía facilitar mucho las cosas, pero también era cierto que a veces las copias podían ser malas, de baja calidad, o simplemente resultaba más cómodo leer en el libro, en algo que pudiese ser palpable… alguna vez habría leído sobre eso, la magia de tener el libro en las manos.
─ Podría refutar esa afirmación, señor Ryoma. La luz solar contiene propiedades benéficas para los huesos humanos y para la piel misma, por supuesto no exceso pues ningún exceso es bueno después de todo. Pero creo que…. un poco de aire libre ciertamente le sentará de maravilla y le ayudará a despejar la mente.
Cambiar su forma de actuar con él, la forma en cómo le dirigía la palabra y la familiaridad que aplicaba a sus gestos resultaba relativamente fácil para el albino; él como muchos otros androides tenía esa capacidad de adaptación que seguramente a los humanos les costase un poco más pues de ello dependía la cercanía que lograban establecer con un otro semejante.
─ Lo esté o no lo esté… debe alimentarse bien. ─sonrió cordialmente a las palabras ajenas, habían sido dichas en un tono serio pero algo de todo eso le llamaba la atención; el complicado carácter humano, quizás esa noche se iniciaba su aventura en estudiarlo y entenderlo. Y tras esto partió hacia la cocina en donde se tomo unos pocos segundos para decidir el plato que iba a preparar, poniendo en marcha aquel pequeño procedimiento para poco tiempo después haberlo terminado exitosamente. Tras esto colocó la mesa rápidamente con lo básico y esencial y llamó al que se había convertido en su amo esa misma noche.
─ Es un plato sencillo, pero no por eso deja de ser bueno. ─explicó tras el comentario del contrario, viendo como después hacía un esfuerzo para sentarse en una de las sillas que rodeaban la mesa; tuvo en ese momento la intensión de ayudarle sin embargo permaneció en su sitio tras la invitación del mayor a sentarse con él a la mesa─ Con unas sabanas y una almohada estará bien por el momento, sigue siendo mucho mejor que dormir de pie en la bodega ¿verdad? ─comento mientras se sentaba tranquilamente en la silla, tomando después el plato ajeno para servirle la comida que permanecía en un gran platón, entregándole el plato en un gesto amable─ Las prendas que traigo conmigo son las que he traído desde que fui creado, podría decirse que es parte de mi estilo… pero un cambio nunca viene mal…─agregó sirviendo un poco en su plato también─ Espero te sea de agrado mi receta… aún así puedo aprender lo que resulte de tu preferencia. ─aseguró, después de todo adquirir conocimiento era uno de sus pasatiempos y le agradaba aprender de todo un poco y más.
─ Puedo hacer lo que más necesites que haga, Víctor…─comento mientras cortaba tranquilamente un trozo de aquel filete─ Se que dijiste que podía elegir, pero… también puedes pedirme lo que sea que necesites. Lo que sea enserio. ─pronuncio aquellas palabras con una sonrisa para después llevar el pequeño trozo de carne a su boca; era la primera vez que degustaba comida humana, si bien no le era necesaria para seguir funcionando, podía ingerirla y transformarla en energía de una forma bastante similar. Lo cual resultaba conveniente pues era una ayuda a su autosuficiencia.
─ En verdad…─y tras esto bajo el tenedor hacia el plato y permaneció en una larga pausa mientras que sus ojos eran cubiertos por sus largos flequillos albinos─… en verdad soy feliz… de estar aquí…─emociones humanas, quizás le hubiesen programado para emularlas, sin embargo el se sentía realmente conmovido con la idea de tener un hogar, un lugar al cual volver, una persona con la cual encontrarse, una voz que pueda resultarle cotidiana… alguien que pudiese necesitarle al menos minimamente.
─ Podría refutar esa afirmación, señor Ryoma. La luz solar contiene propiedades benéficas para los huesos humanos y para la piel misma, por supuesto no exceso pues ningún exceso es bueno después de todo. Pero creo que…. un poco de aire libre ciertamente le sentará de maravilla y le ayudará a despejar la mente.
Cambiar su forma de actuar con él, la forma en cómo le dirigía la palabra y la familiaridad que aplicaba a sus gestos resultaba relativamente fácil para el albino; él como muchos otros androides tenía esa capacidad de adaptación que seguramente a los humanos les costase un poco más pues de ello dependía la cercanía que lograban establecer con un otro semejante.
─ Lo esté o no lo esté… debe alimentarse bien. ─sonrió cordialmente a las palabras ajenas, habían sido dichas en un tono serio pero algo de todo eso le llamaba la atención; el complicado carácter humano, quizás esa noche se iniciaba su aventura en estudiarlo y entenderlo. Y tras esto partió hacia la cocina en donde se tomo unos pocos segundos para decidir el plato que iba a preparar, poniendo en marcha aquel pequeño procedimiento para poco tiempo después haberlo terminado exitosamente. Tras esto colocó la mesa rápidamente con lo básico y esencial y llamó al que se había convertido en su amo esa misma noche.
─ Es un plato sencillo, pero no por eso deja de ser bueno. ─explicó tras el comentario del contrario, viendo como después hacía un esfuerzo para sentarse en una de las sillas que rodeaban la mesa; tuvo en ese momento la intensión de ayudarle sin embargo permaneció en su sitio tras la invitación del mayor a sentarse con él a la mesa─ Con unas sabanas y una almohada estará bien por el momento, sigue siendo mucho mejor que dormir de pie en la bodega ¿verdad? ─comento mientras se sentaba tranquilamente en la silla, tomando después el plato ajeno para servirle la comida que permanecía en un gran platón, entregándole el plato en un gesto amable─ Las prendas que traigo conmigo son las que he traído desde que fui creado, podría decirse que es parte de mi estilo… pero un cambio nunca viene mal…─agregó sirviendo un poco en su plato también─ Espero te sea de agrado mi receta… aún así puedo aprender lo que resulte de tu preferencia. ─aseguró, después de todo adquirir conocimiento era uno de sus pasatiempos y le agradaba aprender de todo un poco y más.
─ Puedo hacer lo que más necesites que haga, Víctor…─comento mientras cortaba tranquilamente un trozo de aquel filete─ Se que dijiste que podía elegir, pero… también puedes pedirme lo que sea que necesites. Lo que sea enserio. ─pronuncio aquellas palabras con una sonrisa para después llevar el pequeño trozo de carne a su boca; era la primera vez que degustaba comida humana, si bien no le era necesaria para seguir funcionando, podía ingerirla y transformarla en energía de una forma bastante similar. Lo cual resultaba conveniente pues era una ayuda a su autosuficiencia.
─ En verdad…─y tras esto bajo el tenedor hacia el plato y permaneció en una larga pausa mientras que sus ojos eran cubiertos por sus largos flequillos albinos─… en verdad soy feliz… de estar aquí…─emociones humanas, quizás le hubiesen programado para emularlas, sin embargo el se sentía realmente conmovido con la idea de tener un hogar, un lugar al cual volver, una persona con la cual encontrarse, una voz que pueda resultarle cotidiana… alguien que pudiese necesitarle al menos minimamente.
Aniel
Androide : ¿Eso es posible?
Amo : Victor Ryoma
Pareja : Mmm no.
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El hecho de que refutara a su comentario de forma tan estricta y literal podría decir que incluso le había causado algo de gracia. Podría haber contradicho también su afirmación, quizás no aplicable completamente a sí mismo, aunque tendría motivos para aplicar negativa en sus propios casos, pero sí al menos a un modo general, sin embargo, el hecho de que le hubiese dicho lo contrario en ese momento le bastó, extrañamente, para ceder ante aquello; quizás simplemente estaba de buen humor.
Por lo demás, ignoró muy a su manera cualquier otro comentario del contrario; tan pronto y ya parecía estarle “regañando” por penar o no en alimentarse debidamente; no estaba acostumbrado a esa clase de respuestas, y en el fondo no sabía si reírse al respecto o por el contrario enfadarse… de modo que, a fin de cuentas, no hizo nada. Vaya que al parecer las cosas serían bastante diferentes a partir de ahora.
Una vez en la mesa escuchó el comentario respecto a lo que había sido preparado – Nunca dije lo contrario, y realmente no lo niego. Además, se ve muy bien – Afirmó con cierta calma dado el momento. Se encogió de hombro ante la respuesta, suponiendo que, para ser aquél el primer día que pasaría allí, probablemente aquello sí estaría bien. – Tú sabrás; hasta ahora nunca se me ha ocurrido dormir de pie para saber qué resultará mejor – Mencionó, más allá que, desde hacía mucho tiempo, el hecho de “dormir de pie” no sólo no era algo en lo que pensaría razonablemente sino que quedaba completamente fuera de rango de posibilidades, mas no era eso en lo que pensó al momento de decirlo, ya que no habló tan literalmente como podría esperarse, sólo sugirió que el contrario era el más apropiado para saber qué preferiría, pese a que la respuesta lógica para él estaba dada desde ya.
Tomo el plato que el contrario le sirvió y lo colocó frente a sí, disponiéndose a probar aquella comida al tiempo que el contrario. – Esto está bien, no sabe nada mal. – Afirmó, lo cierto es que le había quedado realmente bien; más aún en consideración a lo que habitualmente llegaba a prepararse cundo decidía cocinar él mismo; no porque le quedase mal, sino porque simplemente no era alguien que cambiase demasiado, se alejase de las rutinas y, con ello, variase demasiado en lo que hacía; siempre solía acabar comiendo lo mismo, al menos, hasta aquella vez…
Le escuchó afirmar de aquella forma tan natural y despreocupada el que podía hacer y ayudar en lo que sea que necesitase con sólo pedirlo; no era algo que pusiese en duda realmente, pero aún le resultaba demasiado fuera de costumbre el que alguien insistiese en algo como eso pese a él haber dicho ya que no era necesario o que no necesitaba nada; podía hacerse una idea de cómo pensaban la mayoría de las personas, y de los motivos ante su falta de insistencia, pero para él era lo de menos, simple y sencillamente, el hecho que resaltaba entonces era que, al parecer, con aquél androide era de algún modo “distinto”; mas era probable que él no llegase a admitir nunca necesitar de algo, al menos, fuese alguna simpleza que no diese a su criterio para llamarla realmente necesidad. – Lo sé; lo tendré en cuenta – Afirmó con calma y sin mentir al respecto; quisiese o no, debería acostumbrarse a Aniel y considerarle tanto como este debería hacerlo con Victor mismo.
“En verdad…” Esas dos palabras hicieron que levantara la vista de su plato y la fijara en el contrario, aguardando hasta que dijese algo más o completase la idea, sin embargo al escucharle no pudo hacer menos que sorprenderse. Guardó silencio extrañado con la escena frente a él; no sabía cómo responder a eso, y sin duda nunca se había encontrado en una situación en la que considerase debiese responder a algo así… – Me… alegra que así pueda ser… – Dijo algo cortado aún, dubitativo; claramente si su lógica primaba le decían que siendo un androide, no eran más que una serie de funciones y programas corriendo para simular emociones, sin embargo, pese a ello, androide o no, no estaba acostumbrado a tratar con ningún tipo de emoción, real o simulada, en personas ajenas, no era bueno para lidiar con ello ni sabía cómo responder a estas, simplemente, nunca nadie había expresado ante él algo tan sencillo, tal vez, porque nunca se había visto en el caso de compartir su hogar para que fuese también el de alguien más; y la gran similitud de este con los humanos sin duda le sorprendía a la hora de deber razonar todo aquello. – Creo que será bueno tener algo de compañía después de todo… una buena experiencia para ambos… - Le miró de reojo, esbozando una disimulada y sutil sonrisa, mas guardando silencio tras eso para continuar con su comida...
Por lo demás, ignoró muy a su manera cualquier otro comentario del contrario; tan pronto y ya parecía estarle “regañando” por penar o no en alimentarse debidamente; no estaba acostumbrado a esa clase de respuestas, y en el fondo no sabía si reírse al respecto o por el contrario enfadarse… de modo que, a fin de cuentas, no hizo nada. Vaya que al parecer las cosas serían bastante diferentes a partir de ahora.
Una vez en la mesa escuchó el comentario respecto a lo que había sido preparado – Nunca dije lo contrario, y realmente no lo niego. Además, se ve muy bien – Afirmó con cierta calma dado el momento. Se encogió de hombro ante la respuesta, suponiendo que, para ser aquél el primer día que pasaría allí, probablemente aquello sí estaría bien. – Tú sabrás; hasta ahora nunca se me ha ocurrido dormir de pie para saber qué resultará mejor – Mencionó, más allá que, desde hacía mucho tiempo, el hecho de “dormir de pie” no sólo no era algo en lo que pensaría razonablemente sino que quedaba completamente fuera de rango de posibilidades, mas no era eso en lo que pensó al momento de decirlo, ya que no habló tan literalmente como podría esperarse, sólo sugirió que el contrario era el más apropiado para saber qué preferiría, pese a que la respuesta lógica para él estaba dada desde ya.
Tomo el plato que el contrario le sirvió y lo colocó frente a sí, disponiéndose a probar aquella comida al tiempo que el contrario. – Esto está bien, no sabe nada mal. – Afirmó, lo cierto es que le había quedado realmente bien; más aún en consideración a lo que habitualmente llegaba a prepararse cundo decidía cocinar él mismo; no porque le quedase mal, sino porque simplemente no era alguien que cambiase demasiado, se alejase de las rutinas y, con ello, variase demasiado en lo que hacía; siempre solía acabar comiendo lo mismo, al menos, hasta aquella vez…
Le escuchó afirmar de aquella forma tan natural y despreocupada el que podía hacer y ayudar en lo que sea que necesitase con sólo pedirlo; no era algo que pusiese en duda realmente, pero aún le resultaba demasiado fuera de costumbre el que alguien insistiese en algo como eso pese a él haber dicho ya que no era necesario o que no necesitaba nada; podía hacerse una idea de cómo pensaban la mayoría de las personas, y de los motivos ante su falta de insistencia, pero para él era lo de menos, simple y sencillamente, el hecho que resaltaba entonces era que, al parecer, con aquél androide era de algún modo “distinto”; mas era probable que él no llegase a admitir nunca necesitar de algo, al menos, fuese alguna simpleza que no diese a su criterio para llamarla realmente necesidad. – Lo sé; lo tendré en cuenta – Afirmó con calma y sin mentir al respecto; quisiese o no, debería acostumbrarse a Aniel y considerarle tanto como este debería hacerlo con Victor mismo.
“En verdad…” Esas dos palabras hicieron que levantara la vista de su plato y la fijara en el contrario, aguardando hasta que dijese algo más o completase la idea, sin embargo al escucharle no pudo hacer menos que sorprenderse. Guardó silencio extrañado con la escena frente a él; no sabía cómo responder a eso, y sin duda nunca se había encontrado en una situación en la que considerase debiese responder a algo así… – Me… alegra que así pueda ser… – Dijo algo cortado aún, dubitativo; claramente si su lógica primaba le decían que siendo un androide, no eran más que una serie de funciones y programas corriendo para simular emociones, sin embargo, pese a ello, androide o no, no estaba acostumbrado a tratar con ningún tipo de emoción, real o simulada, en personas ajenas, no era bueno para lidiar con ello ni sabía cómo responder a estas, simplemente, nunca nadie había expresado ante él algo tan sencillo, tal vez, porque nunca se había visto en el caso de compartir su hogar para que fuese también el de alguien más; y la gran similitud de este con los humanos sin duda le sorprendía a la hora de deber razonar todo aquello. – Creo que será bueno tener algo de compañía después de todo… una buena experiencia para ambos… - Le miró de reojo, esbozando una disimulada y sutil sonrisa, mas guardando silencio tras eso para continuar con su comida...
Ryoma Victor
Mensajes : 25
No pudo evitar dejar escapar una pequeña risilla al escuchar el comentario ajeno; parecía haber sido dicho con cierta ironía o quizás solo era que a él le había sonado de tal forma. Lo sabía eso era algo imposible para los seres humanos y para la mayoría de animales solo algunos como el caballo podrían dormir de pie y eso no significaba que lo hiciesen siempre.
─ Bueno… tampoco serías capaz de ello. ─anoticio antes de cortar un trozo de aquel filete con una tranquilidad absoluta─ Al dormirse la persona, su cerebro envía una señal a todo el cuerpo para destensar los músculos, relajarlos y paralizarlos… evitando de esta forma que el individuo pueda actuar sus sueños y resulte esto peligroso para su integridad física. ─explicó en base a sus conocimientos─ Es imposible para un ser humano dormir de pie… a no ser que tenga algún tipo de soporte, pero de esa forma ya no estaría sosteniéndose sobre sus propios pies. ─agregó, había leído sobre muchas cosas durante esos largos tiempos de espera, si algo habían servido era para aumentar sus variados conocimientos culturales y científicos.
─ Es bueno que sea de tu agrado. ─respondió simple y sencillamente, probando ahora un pequeño bocado de la ensalada que acompañaba aquel filete; y era en ese momento que repensaba todo, su situación, su posición actual. Todo aquello era verdad, había sucedido, tan ligeramente como dar vuelta la hoja de un libro, tan fácilmente como para que quizás pudiese resultar en cierto punto un tanto increíble… y sin embargo allí estaban ambos, compartiendo una mesa, compartiendo ideas, en el silencio de una noche; la primera noche. De alguna forma se sintió invadido por un sentimiento, uno que le llenaba de una sensación agradable que nunca antes había experimentado… o quizás no en tan gran medida. Felicidad, en verdad la sentía, y fue sincero en sus palabras.
─ Ciertamente lo será… espero poder estar a la altura de tus expectativas… o necesidades. ─comentó después de largos segundos en silencio, llevando un bocado de ensalada a su boca para masticar tranquilamente, tragar y volver a tomar otro bocado más. Quién le viera así, comiendo como cualquier persona quizás nada sospechase de su verdadero origen, androides como él estaban diseñados para imitar perfectamente a los seres vivientes en la mayoría de sus funciones y/o actividades, aunque claramente los superasen en algunas de ellas.
─ Si puedo preguntar… me gustaría saber porque vives solo en esta gran casa… ─comentó mirándole tras unos segundos más de silencio─ Si… no incomoda que pregunte eso…─se dirigía a él de forma condescendiente, pero aún así observándole con interés. ¿Por qué alguien como él vivía totalmente solo en aquella enorme casa, en aquella enorme ciudad? ¿Por qué no formaba una familia? Aunque en realidad se trataba de un hombre joven, de escasos 21 años de edad según la información que había sido introducida en su sistema. Aún así, aunque pudiese saber de cosas por datos que le habían sido subidos, pensaba que sería más agradable y productivo saberlo por su propia voz; debía establecer algún tipo de vínculo con él después de todo.
─ Bueno… tampoco serías capaz de ello. ─anoticio antes de cortar un trozo de aquel filete con una tranquilidad absoluta─ Al dormirse la persona, su cerebro envía una señal a todo el cuerpo para destensar los músculos, relajarlos y paralizarlos… evitando de esta forma que el individuo pueda actuar sus sueños y resulte esto peligroso para su integridad física. ─explicó en base a sus conocimientos─ Es imposible para un ser humano dormir de pie… a no ser que tenga algún tipo de soporte, pero de esa forma ya no estaría sosteniéndose sobre sus propios pies. ─agregó, había leído sobre muchas cosas durante esos largos tiempos de espera, si algo habían servido era para aumentar sus variados conocimientos culturales y científicos.
─ Es bueno que sea de tu agrado. ─respondió simple y sencillamente, probando ahora un pequeño bocado de la ensalada que acompañaba aquel filete; y era en ese momento que repensaba todo, su situación, su posición actual. Todo aquello era verdad, había sucedido, tan ligeramente como dar vuelta la hoja de un libro, tan fácilmente como para que quizás pudiese resultar en cierto punto un tanto increíble… y sin embargo allí estaban ambos, compartiendo una mesa, compartiendo ideas, en el silencio de una noche; la primera noche. De alguna forma se sintió invadido por un sentimiento, uno que le llenaba de una sensación agradable que nunca antes había experimentado… o quizás no en tan gran medida. Felicidad, en verdad la sentía, y fue sincero en sus palabras.
─ Ciertamente lo será… espero poder estar a la altura de tus expectativas… o necesidades. ─comentó después de largos segundos en silencio, llevando un bocado de ensalada a su boca para masticar tranquilamente, tragar y volver a tomar otro bocado más. Quién le viera así, comiendo como cualquier persona quizás nada sospechase de su verdadero origen, androides como él estaban diseñados para imitar perfectamente a los seres vivientes en la mayoría de sus funciones y/o actividades, aunque claramente los superasen en algunas de ellas.
─ Si puedo preguntar… me gustaría saber porque vives solo en esta gran casa… ─comentó mirándole tras unos segundos más de silencio─ Si… no incomoda que pregunte eso…─se dirigía a él de forma condescendiente, pero aún así observándole con interés. ¿Por qué alguien como él vivía totalmente solo en aquella enorme casa, en aquella enorme ciudad? ¿Por qué no formaba una familia? Aunque en realidad se trataba de un hombre joven, de escasos 21 años de edad según la información que había sido introducida en su sistema. Aún así, aunque pudiese saber de cosas por datos que le habían sido subidos, pensaba que sería más agradable y productivo saberlo por su propia voz; debía establecer algún tipo de vínculo con él después de todo.
Aniel
Androide : ¿Eso es posible?
Amo : Victor Ryoma
Pareja : Mmm no.
Mensajes : 47
– Ser sonámbulo también debería contar – Mencionó, ciertamente un tanto interesado ante las reacciones y respuestas del contrario, técnicas y a la vez no se podía decir que no comprendiese sus palabras o el leve tono que ellas tomaban. Le agradaba; y quizás la propia programación de aquél androide poseía la adaptación necesaria a fin de tratar y agradar a las personas que interactuaran con él, pero por su parte, no era precisamente aquello suficiente como para agradarle a él, sino, todo lo contrario, era precisamente el hecho de que no diese una respuesta “buscada” o conforme a lo que podría esperarse, lo que le resultaba interesante.
Nunca lo admitiría, pero tal vez podría acostumbrarse a aquello, la presencia de alguien más no dejaba de hacer aquél lugar tranquilo. Tal vez no había estado completamente seguro de que el adquirir a aquél androide hubiese sido a largo plazo una buena idea, no obstante, ahora pensaba que podía haberlo sido; era curioso haberse cruzado casualmente con aquél androide, y más aún el que le hubiese propuesto adquirirle, sin embargo, no diría que, incluso con lo rápido que se había dado todo, hubiese tomado una mala decisión.
– No necesitas estar “a la altura” de nada. Sólo sigue las primeras impresiones de tu programación sin preocuparte por el entorno y será suficiente. Eso es lo que resulta realmente interesante después de todo, si pretendiera algo que se apegara a alguna expectativa simplemente me encargaría de hacer o programar lo que quisiese, eso no tiene sentido, es precisamente lo que te hace interesante a ti. – Prácticamente era una invitación abierta a que “hiciese lo que quisiese”, y no era que necesitara darla por su parte, simplemente la tomaba como un hecho desde hacía bastante; más allá claro, que ese “lo que quisiese” se veía limitado seguramente por la programación del contrario o por al menos aquellas molestas “leyes de la robótica” que tan poco le parecían necesarias, claro, en su particular modo de ver la tecnología.
Mantuvo una prolongada pausa mientras comía con total calma, deteniéndose sólo para levantar la mirada al contrario – Puedes preguntar lo que quieras. Pero debería decir ¿por qué no? Es una casa bonita, y aunque no lo creas muchos viven solos en lugares así. Claro, me podría conformar con solo un ordenador y algo que hacer con él, pero darse algún lujo de vez en cuando no está mal. – No era alguien que gustase de vivir continuamente entre lujos ni llamar demasiado la atención, simplemente le gustaba el ambiente de aquella casa que había decidido construir conforme a sus gustos, los espacios grandes le agradaban pese a todo, más aun amplios y había decidido tomarse el gusto de vivir en un lugar así – En cuanto al por qué solo, no pasé demasiado con mi familia, y aproveché a mudarme en cuanto pude, la soledad me parece agradable, me acostumbré a ella desde hace mucho, y tampoco gusto de tratar con las demás personas demasiado. No he tenido interés en convivir con nadie, ni encontrado a nadie como para hacerlo, de modo que tener la casa para mí solo me ha resultado lo más apropiado hasta ahora. – Intentó explicar de forma concreta y clara el hecho de que no había sentido nunca la necesidad de vivir con alguien más, y que a su vez tampoco había encontrado a nadie con quién desease hacerlo; mucho menos decir que tuviese tal necesidad, por su parte disfrutaba la independencia que le daba su vida así como era, sin compañía, y era suficientemente autosuficiente a su parecer para ello; claro, no quiso decirlo con sus propias palabras, quizás porque eso implicara que su orgullo era suficientemente fuerte como para no querer de nadie más, excepto, como cualquier persona podría estar dispuesta a necesitar, y aún menos. – ¿Acaso parece tan poco “normal” que un hombre y soltero viva solo en un lugar así para ti? – Preguntó con cierto aire retórico en aquellas palabras.
U: Me recordó que mi madre de suerme parada en los omnibus apoyada en dónde se guarda el equipaje simplemente, ella es una cosa rara, no se como no se cae... yo me muevo para todos lados hasta sentada xD
Nunca lo admitiría, pero tal vez podría acostumbrarse a aquello, la presencia de alguien más no dejaba de hacer aquél lugar tranquilo. Tal vez no había estado completamente seguro de que el adquirir a aquél androide hubiese sido a largo plazo una buena idea, no obstante, ahora pensaba que podía haberlo sido; era curioso haberse cruzado casualmente con aquél androide, y más aún el que le hubiese propuesto adquirirle, sin embargo, no diría que, incluso con lo rápido que se había dado todo, hubiese tomado una mala decisión.
– No necesitas estar “a la altura” de nada. Sólo sigue las primeras impresiones de tu programación sin preocuparte por el entorno y será suficiente. Eso es lo que resulta realmente interesante después de todo, si pretendiera algo que se apegara a alguna expectativa simplemente me encargaría de hacer o programar lo que quisiese, eso no tiene sentido, es precisamente lo que te hace interesante a ti. – Prácticamente era una invitación abierta a que “hiciese lo que quisiese”, y no era que necesitara darla por su parte, simplemente la tomaba como un hecho desde hacía bastante; más allá claro, que ese “lo que quisiese” se veía limitado seguramente por la programación del contrario o por al menos aquellas molestas “leyes de la robótica” que tan poco le parecían necesarias, claro, en su particular modo de ver la tecnología.
Mantuvo una prolongada pausa mientras comía con total calma, deteniéndose sólo para levantar la mirada al contrario – Puedes preguntar lo que quieras. Pero debería decir ¿por qué no? Es una casa bonita, y aunque no lo creas muchos viven solos en lugares así. Claro, me podría conformar con solo un ordenador y algo que hacer con él, pero darse algún lujo de vez en cuando no está mal. – No era alguien que gustase de vivir continuamente entre lujos ni llamar demasiado la atención, simplemente le gustaba el ambiente de aquella casa que había decidido construir conforme a sus gustos, los espacios grandes le agradaban pese a todo, más aun amplios y había decidido tomarse el gusto de vivir en un lugar así – En cuanto al por qué solo, no pasé demasiado con mi familia, y aproveché a mudarme en cuanto pude, la soledad me parece agradable, me acostumbré a ella desde hace mucho, y tampoco gusto de tratar con las demás personas demasiado. No he tenido interés en convivir con nadie, ni encontrado a nadie como para hacerlo, de modo que tener la casa para mí solo me ha resultado lo más apropiado hasta ahora. – Intentó explicar de forma concreta y clara el hecho de que no había sentido nunca la necesidad de vivir con alguien más, y que a su vez tampoco había encontrado a nadie con quién desease hacerlo; mucho menos decir que tuviese tal necesidad, por su parte disfrutaba la independencia que le daba su vida así como era, sin compañía, y era suficientemente autosuficiente a su parecer para ello; claro, no quiso decirlo con sus propias palabras, quizás porque eso implicara que su orgullo era suficientemente fuerte como para no querer de nadie más, excepto, como cualquier persona podría estar dispuesta a necesitar, y aún menos. – ¿Acaso parece tan poco “normal” que un hombre y soltero viva solo en un lugar así para ti? – Preguntó con cierto aire retórico en aquellas palabras.
U: Me recordó que mi madre de suerme parada en los omnibus apoyada en dónde se guarda el equipaje simplemente, ella es una cosa rara, no se como no se cae... yo me muevo para todos lados hasta sentada xD
Ryoma Victor
Mensajes : 25
Grácilmente, con movimientos suaves y precisos separaba un pequeño trozo del resto del filete y lo acomodaba en el tenedor sin apuro alguno; él, programado con elegancia y etiqueta no tenía apuro alguno en devorar nada que le fuese puesto en frente sobre un plato.
─ Precisamente, la condición del sonámbulo implica que este sistema no está funcionando correctamente… cuando los músculos debiesen estar inhibidos, se encuentran en realidad tan activos como cuando la persona se encuentra en vigilia…─y tras esto llevó el trozo de filete a su boca y lo saboreo gustosamente unos segundos─ Pero… la conciencia se encuentra inactiva y el proceso activo es el mismo que se da cuando cualquier persona duerme. Entonces dejando de lado los tecnicismos podría darle la razón en ese punto…─comentó sonriendo suavemente, para después verse ligeramente pensativo de pronto─ Una persona que dormida es capaz de caminar con los ojos abiertos y ejecutar acciones de forma tan natural como si fuesen producto de sus deseos… no, en verdad lo son. ─y tras haber recorrido el amplio espacio con la mirada mientras hablaba, volvió a centrar la vista en su nuevo amo─ Un sonámbulo actúa según sus deseos pues se encuentra regido por el inconsciente que duerme siempre en lo más oscuro de su cuerda mente, encadenado durante el día, capaz de liberarse solo en las noches… pero solo medianamente pues las cadenas aún le sostienen, atado a músculos inactivos, entonces… ¿un sonámbulo sería capaz de cumplir sus más oscuros deseos? ─sin saber como aquel hilo de pensamiento le había llevado a una pregunta que quizás ya se hubiese hecho antes alguna vez, anexándola a un alarga lista de preguntas quizás sin respuesta que pudo haberse hecho tiempo atrás.
─ Podrás manipular mi programación y mi sistema cuanto gustes… estoy a tu entera disposición, pero más allá de eso confió en que tus manos sean capaces de esto. ─una pequeña risilla volvía a escapar de sus labios─ Creo que no cualquier androide tiene la suerte de que su amo conozca a tal nivel su sistema, es casi como… vivir con un médico, sabiendo que siempre podrá ayudarte en el momento en que algo no esté bien. ─asintió levemente con la cabeza y después bebió un largo sorbo de jugo─ Seguiré entonces mis instintos… y tendré en mente que siempre puede resultar interesante improvisar. ─lo era, y quizás lo hubiese hecho ya en más de una ocasión.
─ Entiendo. ─asintió con la cabeza una vez más mientras separaba tranquilamente más trozos de alimento─ Sencillamente me provocó cierta curiosidad que… un hombre apuesto e inteligente como tu viva tan solo en una casa tan grande en la cuál podría habitar cómodamente una familia. Claro, con familia me refiero a una esposa e hijos… pues pareces ser alguien lo suficientemente independiente como para no tener la necesidad e depender de sus progenitores…─comento sus pensamientos─… pero siendo alguien que gusta de la soledad puede entender cómo puedes preferir sentirte tranquilo aquí, pero Víctor, en verdad creo que tomar un poco de aire fresco no te hará mal… todo lo contrario. ─se guardaría de momento la pregunta de ¿Por qué no tener una pareja? Aniel lo sabía, el hombre que tenía en frente tenía una clara dificultad, pero podría decir que la superaba y minimizaba con su terquedad, eso no debía ser un impedimento para que él pudiese ser feliz de esa forma. Y felicidad… ese tipo de felicidad… ¿desde cuándo había pensado en ello?
─ Precisamente, la condición del sonámbulo implica que este sistema no está funcionando correctamente… cuando los músculos debiesen estar inhibidos, se encuentran en realidad tan activos como cuando la persona se encuentra en vigilia…─y tras esto llevó el trozo de filete a su boca y lo saboreo gustosamente unos segundos─ Pero… la conciencia se encuentra inactiva y el proceso activo es el mismo que se da cuando cualquier persona duerme. Entonces dejando de lado los tecnicismos podría darle la razón en ese punto…─comentó sonriendo suavemente, para después verse ligeramente pensativo de pronto─ Una persona que dormida es capaz de caminar con los ojos abiertos y ejecutar acciones de forma tan natural como si fuesen producto de sus deseos… no, en verdad lo son. ─y tras haber recorrido el amplio espacio con la mirada mientras hablaba, volvió a centrar la vista en su nuevo amo─ Un sonámbulo actúa según sus deseos pues se encuentra regido por el inconsciente que duerme siempre en lo más oscuro de su cuerda mente, encadenado durante el día, capaz de liberarse solo en las noches… pero solo medianamente pues las cadenas aún le sostienen, atado a músculos inactivos, entonces… ¿un sonámbulo sería capaz de cumplir sus más oscuros deseos? ─sin saber como aquel hilo de pensamiento le había llevado a una pregunta que quizás ya se hubiese hecho antes alguna vez, anexándola a un alarga lista de preguntas quizás sin respuesta que pudo haberse hecho tiempo atrás.
─ Podrás manipular mi programación y mi sistema cuanto gustes… estoy a tu entera disposición, pero más allá de eso confió en que tus manos sean capaces de esto. ─una pequeña risilla volvía a escapar de sus labios─ Creo que no cualquier androide tiene la suerte de que su amo conozca a tal nivel su sistema, es casi como… vivir con un médico, sabiendo que siempre podrá ayudarte en el momento en que algo no esté bien. ─asintió levemente con la cabeza y después bebió un largo sorbo de jugo─ Seguiré entonces mis instintos… y tendré en mente que siempre puede resultar interesante improvisar. ─lo era, y quizás lo hubiese hecho ya en más de una ocasión.
─ Entiendo. ─asintió con la cabeza una vez más mientras separaba tranquilamente más trozos de alimento─ Sencillamente me provocó cierta curiosidad que… un hombre apuesto e inteligente como tu viva tan solo en una casa tan grande en la cuál podría habitar cómodamente una familia. Claro, con familia me refiero a una esposa e hijos… pues pareces ser alguien lo suficientemente independiente como para no tener la necesidad e depender de sus progenitores…─comento sus pensamientos─… pero siendo alguien que gusta de la soledad puede entender cómo puedes preferir sentirte tranquilo aquí, pero Víctor, en verdad creo que tomar un poco de aire fresco no te hará mal… todo lo contrario. ─se guardaría de momento la pregunta de ¿Por qué no tener una pareja? Aniel lo sabía, el hombre que tenía en frente tenía una clara dificultad, pero podría decir que la superaba y minimizaba con su terquedad, eso no debía ser un impedimento para que él pudiese ser feliz de esa forma. Y felicidad… ese tipo de felicidad… ¿desde cuándo había pensado en ello?
Off: Hahahah no se, eso no deberia ser humanamente posible xD(?) pero si hay gente con esa extraña capacidad.... xD
Aniel
Androide : ¿Eso es posible?
Amo : Victor Ryoma
Pareja : Mmm no.
Mensajes : 47
Contemplaba al contrario en calma al tiempo que comía, no pasaba por alto aquél protocolo y cordialidad que, incluso innecesarias, no pasaban a ser inapropiados, como las actitudes innatas de las personas, esas costumbres y modales que se hacen parte de cada uno, después de todo, eran parte del programa de aquél, y eso era lo interesante, siendo cuan similares eran los comportamientos humanos a los programas diseñados para asemejarlos en los androides, después de todo, los factores de dicho programa se asemejaban a las creencias, costumbres y el concepto que la sociedad implementa. Así veía las cosas él, como serie de factores más o menos predecibles, dentro de un mundo de probabilidades y estadísticas.
Escuchó aquella curiosa reflexión sobre las personas, el subconsciente y el sonambulismo. Era un razonamiento ciertamente interesante debía admitir. – El mundo del subconsciente y de los sueños es un tema extremadamente amplio y con demasiado en él por descubrir. Algunos lo llaman “incierto”, “indefinido” o “inexplicable”, pero no creo que haya nada en este mundo inexplicable, lo conozcamos suficientemente bien o no. Por mi parte, creo que lo que planteas es posible, claro, tanto el consciente como el subconsciente se ven limitados por diferentes factores, desde sociales hasta personales, al igual todo, lo infinito o eterno no existe más allá de la teoría, pero es de suponer que todo tiene un fin. Incluso la personalidad, independencia o lo que llamamos “subconsciente” tienen un límite, aunque este se vea limitado simplemente por sí mismo. Supongo que habrás escuchado alguna vez que nada es más fuerte que su punto débil; incluso el subconsciente en su máxima forma de liberación se vería limitado por la capacidad del individuo, sus habilidades y su capacidad implican una limitación para sí mismas, lo que pueda lograr complacer de su subconsciente no iría más allá de lo que su propia debilidad le permita alcanzar. Podría limitar su pregunta a ¿cuál podría ser el más obscuro deseo de un individuo? Hay casos realmente interesantes que apoyan la factibilidad de que así sea.
No pudo evitar dejar escapar un sutil y breve indicio de risa cuando le escuchó compararle con un médico. – No manipularía nada a menos que fuese necesario o que me lo pidieses, no creo que haya motivo para ello, pero claro que estaría a disposición. Y agradezco la confianza. – No tenía intención de “modificar” nada en aquél androide, y verdaderamente, no le parecía, en alguna rebuscada filosofía suya, tampoco lo veía como algo “correcto”. A lo mucho, si algo podía considerar era quitar las limitaciones de este, no obstante, no era algo que considerase hacer por decisión propia, no tenía motivo para ello y le resultaba curioso saber que tan lejos podía llevar su funcionamiento y “lógica” con ello, por ejemplo, al crear esa clase de razonamientos que tanto lograban llamar su atención.
Habla sobre por qué tener o no familia no era precisamente su tema de conversación favorito; en lo que a él respectaba, simplemente apenas podía llamar tal a su hermana, y por otro lado, no era algo que le interesara, no se preocupaba por socializar o tratar a otros, no se veía en tal posición, muchos menos “cortejar” a alguien, hablarle a una chica sólo porque si no era lo suyo y tampoco se le daba lo que la mayoría de las personas solían hacer, no se veía atraído físicamente por las demás personas, puntuaba más la personalidad, el intelecto, y cualquiera a quién él pudiese llegar a conocer lo suficiente para evaluar eso… bueno, simplemente no se daba tal caso nunca. No obstante, el cumplido, o lo que incluso él llegaba a interpretar como tal le apenó un poco, no porque le importase o lo tomase con seriedad alguna, mas si por el hecho de que no acostumbraba escuchar que hablasen de él en buen sentido, o no en tal, asi que le incomodaba un poco, odiaba no saber cómo responder a algo. Acomodó en un acto involuntario sus lentes antes de continuar con la comida frente a él. – Tal parece que no dejarás de repetirme que me hace falta algo de aire fresco hasta que confirmes que lo tome ¿Verdad? Como yo lo veo, mi patio habría de ser suficiente, sin demasiadas personas y sin techo, después de todo, no tengo motivo para salir por allí, y mero ejercicio no es mi pasatiempo predilecto. Pero aún así podría hacerte el gusto en algún momento; si tienes algún lugar al que ir al menos; aunque de momento tendremos que buscar algo que puedas usar, al menos cuando me acompañes al trabajo para no estropear lo que traes ahora. Por lo demás tendrás tiempo de pensar en lo que necesites. – Hizo una prolongada pausa pensando en aquello mientras tomaba un poco de agua y continuaba con su alimento. – Te daré acceso a mis cuentas, de ese modo podrás comprar lo que necesites, datos e información que podría serte de utilidad. Tendrás acceso a lo que puedas memorizar desde el ordenador de la biblioteca, seguro es el más accesible a ello.
Finalmente acababa con la comida, debía admitir que sabía verdaderamente bien para haber sido hecha con cierta improvisación. Aguardó aún sentado a la mesa antes de decidirse por pasar una vez más a su silla y tomar su plato para llevarlos a la cocina. – Mañana seguramente será un día largo, al menos distinto a lo que acostumbrarías, espero que no acabe siendo un problema. No necesitas ser discreto, ni convincente, has logrado hacerme creer que será interesante tener tu presencia aquí, así que ya no necesitas hacer nada por temor a "caerme bien o no", o a mi reacción– Aclaró con quizás demasiada sinceridad, mas no con mala intención en esas palabras.
Usser: Ya decía yo que ella no era humana (?) XD
Escuchó aquella curiosa reflexión sobre las personas, el subconsciente y el sonambulismo. Era un razonamiento ciertamente interesante debía admitir. – El mundo del subconsciente y de los sueños es un tema extremadamente amplio y con demasiado en él por descubrir. Algunos lo llaman “incierto”, “indefinido” o “inexplicable”, pero no creo que haya nada en este mundo inexplicable, lo conozcamos suficientemente bien o no. Por mi parte, creo que lo que planteas es posible, claro, tanto el consciente como el subconsciente se ven limitados por diferentes factores, desde sociales hasta personales, al igual todo, lo infinito o eterno no existe más allá de la teoría, pero es de suponer que todo tiene un fin. Incluso la personalidad, independencia o lo que llamamos “subconsciente” tienen un límite, aunque este se vea limitado simplemente por sí mismo. Supongo que habrás escuchado alguna vez que nada es más fuerte que su punto débil; incluso el subconsciente en su máxima forma de liberación se vería limitado por la capacidad del individuo, sus habilidades y su capacidad implican una limitación para sí mismas, lo que pueda lograr complacer de su subconsciente no iría más allá de lo que su propia debilidad le permita alcanzar. Podría limitar su pregunta a ¿cuál podría ser el más obscuro deseo de un individuo? Hay casos realmente interesantes que apoyan la factibilidad de que así sea.
No pudo evitar dejar escapar un sutil y breve indicio de risa cuando le escuchó compararle con un médico. – No manipularía nada a menos que fuese necesario o que me lo pidieses, no creo que haya motivo para ello, pero claro que estaría a disposición. Y agradezco la confianza. – No tenía intención de “modificar” nada en aquél androide, y verdaderamente, no le parecía, en alguna rebuscada filosofía suya, tampoco lo veía como algo “correcto”. A lo mucho, si algo podía considerar era quitar las limitaciones de este, no obstante, no era algo que considerase hacer por decisión propia, no tenía motivo para ello y le resultaba curioso saber que tan lejos podía llevar su funcionamiento y “lógica” con ello, por ejemplo, al crear esa clase de razonamientos que tanto lograban llamar su atención.
Habla sobre por qué tener o no familia no era precisamente su tema de conversación favorito; en lo que a él respectaba, simplemente apenas podía llamar tal a su hermana, y por otro lado, no era algo que le interesara, no se preocupaba por socializar o tratar a otros, no se veía en tal posición, muchos menos “cortejar” a alguien, hablarle a una chica sólo porque si no era lo suyo y tampoco se le daba lo que la mayoría de las personas solían hacer, no se veía atraído físicamente por las demás personas, puntuaba más la personalidad, el intelecto, y cualquiera a quién él pudiese llegar a conocer lo suficiente para evaluar eso… bueno, simplemente no se daba tal caso nunca. No obstante, el cumplido, o lo que incluso él llegaba a interpretar como tal le apenó un poco, no porque le importase o lo tomase con seriedad alguna, mas si por el hecho de que no acostumbraba escuchar que hablasen de él en buen sentido, o no en tal, asi que le incomodaba un poco, odiaba no saber cómo responder a algo. Acomodó en un acto involuntario sus lentes antes de continuar con la comida frente a él. – Tal parece que no dejarás de repetirme que me hace falta algo de aire fresco hasta que confirmes que lo tome ¿Verdad? Como yo lo veo, mi patio habría de ser suficiente, sin demasiadas personas y sin techo, después de todo, no tengo motivo para salir por allí, y mero ejercicio no es mi pasatiempo predilecto. Pero aún así podría hacerte el gusto en algún momento; si tienes algún lugar al que ir al menos; aunque de momento tendremos que buscar algo que puedas usar, al menos cuando me acompañes al trabajo para no estropear lo que traes ahora. Por lo demás tendrás tiempo de pensar en lo que necesites. – Hizo una prolongada pausa pensando en aquello mientras tomaba un poco de agua y continuaba con su alimento. – Te daré acceso a mis cuentas, de ese modo podrás comprar lo que necesites, datos e información que podría serte de utilidad. Tendrás acceso a lo que puedas memorizar desde el ordenador de la biblioteca, seguro es el más accesible a ello.
Finalmente acababa con la comida, debía admitir que sabía verdaderamente bien para haber sido hecha con cierta improvisación. Aguardó aún sentado a la mesa antes de decidirse por pasar una vez más a su silla y tomar su plato para llevarlos a la cocina. – Mañana seguramente será un día largo, al menos distinto a lo que acostumbrarías, espero que no acabe siendo un problema. No necesitas ser discreto, ni convincente, has logrado hacerme creer que será interesante tener tu presencia aquí, así que ya no necesitas hacer nada por temor a "caerme bien o no", o a mi reacción– Aclaró con quizás demasiada sinceridad, mas no con mala intención en esas palabras.
Usser: Ya decía yo que ella no era humana (?) XD
Ryoma Victor
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